Las reservas internacionales de Venezuela apenas respaldan un tercio de
la liquidez monetaria, lo cual hace imposible frenar la inflación, afirma el
economista Alexander Guerrero.
El mensaje de fin de año
del presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, indica que la
liquidez (bolívares que circulan en la economía) creció 51% durante 2011,
mientras que las reservas cayeron 1,4%.
El saldo de 29,9 millardos
de dólares que presentaban las reservas al 30 de diciembre equivale, al tipo de
cambio oficial, a 128,6 millardos de bolívares. La liquidez está en 446,9
millardos de bolívares, según el BCV.
Cuando la cantidad de
bolívares que circula en la economía aumenta, pero los dólares que los
respaldan no, la moneda se deprecia. El tipo de cambio referencial que resulta
al dividir liquidez entre reservas aumentó 54% el año pasado. La consecuencia
es más inflación.
El BCV informó que el índice nacional de precios al
consumidor subió 27,6% en 2011, el incremento más alto desde 2008. Los
economistas prevén que este año la cifra sea superior.
"El Gobierno lo que
ha hecho es generar mecanismos institucionales, como la Ley de Costos y Precios Justos
para represar los aumentos. Pero cuando la escasez lo obliga, termina autorizándolos",
dice Guerrero.
Eso hace que los bienes y
servicios regulados se encarezcan más (30,6% en 2011, de acuerdo con el BCV)
que los no controlados (26,1%).
"La regulación le
crea un problema al consumidor (escasez) sin resolverle el otro
(inflación)".
Dinero
inorgánico: El crecimiento de la liquidez monetaria
con las reservas internacionales estancadas, pone en evidencia que el BCV
financia el déficit fiscal. "Los nuevos bolívares no están siendo
respaldados por las reservas sino por dinero inorgánico", asegura Pedro
Palma, presidente de la
Academia Nacional de Ciencias Económicas.
Palma observa con
preocupación el crecimiento de las acreencias del BCV con PDVSA, es decir, lo
que la petrolera debe al instituto emisor. "Las cifras más recientes
muestran que casi se duplicaron".
Guerrero agrega que el
financiamiento del déficit fiscal es consecuencia de la media docena de
reformas realizadas a la ley del instituto emisor entre 2000 y 2011 para
quitarle autonomía. "La última lo convirtió en un banco de segundo piso,
que compra bonos de PDVSA y otras empresas del Estado. El BCV está financiando
alrededor de 17% del déficit del Gobierno", afirma Guerrero.
BBC Mundo
"Barrio en Caracas"
Venezuela es el segundo
país de América Latina donde más se ha reducido la pobreza en los últimos 12
años, detrás de Ecuador, que entre 1991 y 2010 la redujo en 26,4%.
La tendencia regional
registró los niveles más bajos de pobreza e indigencia en dos décadas, según la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El 27,8% de los 29
millones de venezolanos viven por debajo de la línea de pobreza. Cuando el
presidente Chávez llegó al poder en 1999, era el 49,4%.
Las cifras concuerdan con
el discurso de 'justicia social' de Chávez pero, contrariamente a lo que se
podría pensar, no son consecuencia directa de las llamadas 'misiones'
(programas sociales).
'A lo que más se atribuye
la disminución de la pobreza (en Venezuela) -le dice a BBC Mundo Martín
Hopenhayn, director de la
División de Desarrollo Social de la CEPAL- es al aumento de
los ingresos laborales, mucho más que a los programas de transferencias'.
Las razones:
Detrás del caso venezolano
hay beneficios extraordinarios por los precios del petróleo, mejoría en los
ingresos laborales y mayor distribución de las rentas.
A diferencia de otros
países, donde se atribuye al crecimiento económico las mejoras en los niveles
de pobreza, en Venezuela la distribución cobró mayor protagonismo.
Mientras que en Argentina,
el 80% de la variación se debió al crecimiento y el 20% a la distribución, esos
porcentajes alcanzaron en Venezuela el 45% y el 55% respectivamente, una de las
más altas en la región.
Para el gobierno
venezolano, la clave pasa por las 'misiones', con las que aspiran a tener 'en
la próxima década, cero pobreza', según el vicepresidente Elías Jaua.
Desde que empezaron en
2003, están dirigidas a proveer asistencia médica básica gratuita, alimentos
subsidiados y educación primaria y secundaria.
Hay misiones destinadas a
reducir el déficit de dos millones de hogares, así como a dar asignaciones
mensuales a las mujeres embarazadas, familias con niños en pobreza extrema, y
ancianos pobres sin pensión, con las que el gobierno se propone reducir la
indigencia del 10,7% al 3% de la población.
Pero no todos creen que
esa sea la solución a la pobreza en el país.
'Es posible que los
ingresos de los hogares puedan mejorar sin que la economía sea más productiva',
dice a BBC Mundo el sociólogo Luis Pedro España del 'Proyecto Pobreza' de la Universidad Católica
Andrés Bello.
'Un ingreso petrolero alto
hace que a través del gasto público y los subsidios mejore el ingreso de los
hogares, pero una medición de la pobreza
sustentada sólo en el ingreso corre el riesgo de verse distorsionada, ¿qué
pasa con el acceso a servicios públicos, salud, educación?'.
'Con cualquier otro
gobierno hubiera ocurrido igual. No se generan las condiciones estructurales,
se depende del precio del petróleo', opina el sociólogo.
Hopenhayn asegura que para
que esta mejoría sea sustentable en el tiempo, se necesita un 'alto nivel de
crecimiento económico sostenido y que las transferencias no sean un incentivo
negativo para que los beneficiarios se inserten en el mercado laboral'.
Menos
desigualdad
El gobierno también
destaca que Venezuela es ahora el país menos desigual -o con menor
concentración del ingreso- de la región, históricamente caracterizada por serlo.
Esta situación también
mejoró en la región y en Venezuela específicamente pasó de 0,498 a 0,394, medida por
el coeficiente de Gini, utilizado para establecer la desigualdad en un país.
Un valor de 0 expresa
igualdad total y un valor de 1, una desigualdad máxima.
Guatemala, el más desigual
de la región, tiene un índice de 0,585.
Ayudas públicas,
incrementos en el salario mínimo, acceso a la educación básica y cambios en la
estructura tributaria son políticas para disminuir la desigualdad a corto y
mediano plazo.
Hopenhayn asegura que a
largo plazo para América Latina 'las claves son mejorar la fiscalidad, reducir
la brecha en los años de escolaridad y reducir las brechas de productividad',
ya que más de la mitad de los empleados se encuentran en el sector informal o
microempresas y es en el estrato de las grandes empresas por donde pasa el 67%
del Producto Interno Bruto regional.
En términos de Mercado,
considero que el crecimiento del PIB publicitado por el Gobierno no es mas que
gasto público, es decir, actividades que no generaron empleo ni aumento de
producción, pero si mucho empleo y aumento de producción a empresas privadas de
libre mercado extranjeras.
Por ende, no es un tema si
el Estado hace las cosas bien o mal, solo que la vía activada para hacer cosas
rápidas y tangibles podría ser, a largo plazo, un bumerán de endeudamiento
complejo de saldar.
Lcdo. Delfín Zambrano
Docente ISUM
E-mail: dprofesor@gmail.com